miércoles, 11 de enero de 2012

Enero

Enero es la sucursal de un banco en quiebra,
otro giro de un reloj de arena, sin agenda ni proyectos,
el lastre de sacar de una maleta el equipaje apenas puesto;
las pocas ocasiones para desprenderse del pijama,
la ropa y las ojeras con etiquetas.
Es el buzón sin noticias de que existo
más allá de mis costuras,
vomitando facturas de regreso a casa,
y la cuenta vacía…
y un felpudo que no me dice  “bienvenida”.
Detrás  del vaho de los cristales
la misma escarcha que en la cama,
y  café instantáneo para desayunar expectativas,
si  me tiemblan la mano y las pupilas.
El tedio de una tarde que cae
como cualquier otra tarde  en el sofá,
sin deshielo ni desgaste de estaciones,
sin avance que me arrastre
en dirección “ La primavera”.

Pero este enero es más enero todavía,
con la certeza (implícita e hiriente)
de que no vas a estar al doblar la esquina.




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