miércoles, 25 de enero de 2012

Sssssssss

Sobre ese suelo suelta sus sandalias, sobre esa silla su sombrero. Se sienta, sereno. Sonríe seguro, satisfecho. Soy sirena seducida soterrando  soberbia. Subestimé su soltura silbando sonetos.
Se sitúa. Sagaz señalo sus senderos, subo surcos serpenteantes, sigo sencillos sonidos… Sucumbo. Salto salvaje sobre ese serafín suntuoso.
-Sumérgete- suplico
Sacio su sed segregando salvia, saboreo su saliva (singular sacarina), sudamos sándalo, sangramos secretos… Somos seísmo sin sortilegio, sin salida.
Sentimos sofoco, saturados. Sin separarnos, sobre suaves sábanas satinadas soñamos sustos sórdidos; sucios sátiros sobando senos, seis soles secos, sanguijuelas sarnosas, sarpullidos seborreicos, Satanás sacrificando siete santos…
-¡Sálvame, sálvame!- solloza.
Silencio…
Suspiro, sospecho su significado, sorbo  salitre.
Seré solvente, esa secuoya, su sansón. Soplaré sobre su sesera, sacudiré sus sospechas, saldrán siempre.
-Sssshhhh. Sosiégate, sigue soñando- susurro
Sí, soy simple;
Sin su sonrisa solo siento soledad.




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